Walter Hass, consultor de frutales en Sudtiroler Beratungsring y especialista en maquinaria para el cultivo de fruta, explicó los pros y los contras de la mecanización.
Por descontado, la mecanización facilita el trabajo y aumenta la productividad, pero emplea más energía, produce más dióxido de carbono y eleva el riesgo de accidentes.
La maquinaria ha cambiado mucho a lo largo de los años, sobre todo si pensamos que ahora uno de los requisitos básicos de un tractor es «proteger la integridad del conductor» con una cabina reforzada o una barra protectora en caso de vuelco. También debe ser lo más ligero posible, contaminar lo menos posible y estar equipado con neumáticos que no dañen el suelo.
Karen Lewis, de la Universidad Estatal de Washington, habló sobre la innovación en el sector frutícola. Mostró dos fotos, una de 1939 y otra tomada este año.

Básicamente no existen diferencias, porque la recolección se sigue realizando a mano.
Este tipo de maquinaria es diferente, pero el objetivo es incrementar la productividad, en última instancia. Esto puede lograrse ya sea reduciendo los costes por hora o mejorando la calidad del resultado, que se traduce en obtener más beneficios. El propósito de SNAP es lograr un sistema completamente automatizado para reducir la necesidad de mano de obra en un 80% y cosechar una manzana cada dos segundos. Todo ello también debe ser económicamente viable. Por eso se están llevando a cabo investigaciones con robots de recolectado y depositado y máquinas sacudidoras.
Las investigaciones, hasta la fecha, han permitido la fabricación de máquinas que pueden cosechar hasta el 80% de las frutas en los árboles, pero todavía son demasiado voluminosas, demasiado caras y se deja demasiada fruta en los árboles.