“Un punto a favor” La industria de la pera posee un potencial ilimitado y se encuentra lista para una revolución.
La pera ha constituido un alimento básico en Europa durante siglos – a menudo tema de pinturas de Van Gogh y altamente reverenciada en fábulas también.
A diferencia de los EE.UU., las peras en Europa se disfrutan mucho con un tenedor y un cuchillo, en un plato, como uno podría comer un mango u otra fruta blanda y madura.
En América, la variabilidad de la fruta la convierte en un producto apreciado, uno que afecta mayormente las elecciones de producción tomadas por los productores.
Es fácil para el mercado Americano altamente versátil tomar una manzana con la presunción muy confiable de que esa manzana que uno elije será dulce y madura.
Sin embargo, las peras cuando maduran apropiadamente son jugosas pero pueden ser algo desordenadas y difíciles de manejar. También es un desafío mucho más grande poder predecir y elegir de la góndola una pera en su pico de madurez.
Esto hace difícil la expansión del consumo per cápita de esta deliciosa fruta, al tiempo que los productores luchan por entregar un producto consistente.
Estos desafíos ayudan a fijar el escenario para una industria que ha estado estancada durante las últimas décadas, con variedades que han permanecido sin cambios por casi 250 años.
El problema va más allá de variedades sin brillo y falta de innovación. Este es un desafío educativo y cultural más profundo.
Con un crecimiento lento del consumo de pera, no hay un incentivo real que aumente la plantación o cambie los métodos.
Las peras son vistas por los productores como la “vieja opción segura”.

Con una temporada productiva menos volátil y con beneficios relativamente estables, las peras son a menudo firmes y sin variantes.
La introducción de nuevas variedades en el pasado trajo aparejada una variedad de temas, incluyendo “fuego bacteriano”, por lo tanto la mayor parte de los productores están conformes de mantener su producción de peras igual que lo que ha sido durante generaciones.
La industria de la pera posee un potencial ilimitado y se encuentra lista para una revolución. La pera propiamente dicha tiene mayores beneficios para la salud, incluyendo un más alto contenido de fibra y un índice glucémico más bajo.
Los estudios han demostrado que las personas alérgicas a ciertos alimentos las toleran mejor y no presentan el mismo tema del sabor que otros cultivos “saludables”, como el de las coles.
En esencia, la pera mayormente presenta un problema de percepción y tiene todavía que recibir la debida atención como la tienen otras frutas y verduras.
Si la industria pudiera abordar los temas emergentes de las peras, principalmente ofreciendo un modo fácil y conveniente de consumirlas durante el proceso y lograr un perfil de sabor más consistente, ¿por qué no podrían sufrir la misma revolución que la que han tenido otros cultivos menos tentadores?
Un modo potencial de abordar ambos temas está en el mercado del pre-cortado. Las manzanas pre-cortadas han dominado el sector de producción del pre-cortado con un mercado de más de $500 millones, mientras que el mercado total de peras en todas sus formas actualmente es de solo $350 millones.
Existen distintos modos de abordar los cambios al entregar un producto consistente y conveniente.