Manzanas: Si las redes son el futuro, cuál sería el color?
Investigadores de la WSU (Washington State University) estudian el modo en que el color de las redes previene las quemaduras de la Honeycrisp.
El Dr Lee Kalcsits se coloca debajo de una red roja mientras sujeta un instrumento que se utiliza para medir la forma en que reaccionan los árboles a diferentes espectros de luz en el Centro de Investigaciones de Frutales de la WSU.
El Estado de Central Washington es conocido por su escenario asombroso, especialmente por el verdor de grandes huertos que van desde las montañas hasta los valles de los ríos. Pero esa vista puede cambiar radicalmente al rojo, azul o nácar si los productores deciden cubrir sus superficies con redes de color.
Los investigadores de la Universidad del Estado de Washington estudian la forma en que los diferentes colores enfrentan los problemas, tales como las quemaduras de sol y el estrés, que redundan en grandes pérdidas para los productores.
Las redes ya se están utilizando en ciertas áreas, especialmente en Europa, como protección contra las heladas. Tal vez en solo unos 1.500 acres de huertos de manzanas en los EE.UU. se utilizan redes. Pero los investigadores de la WSU ven a las redes para un uso más amplio, como reemplazo para sistemas de enfriamiento superior, a menudo necesarios en el clima del Noroeste con largos días de luz solar intensa.
Los investigadores estudian el modo en que las redes de colores diferentes afectan el microclima alrededor de una planta y su fisiología, producción, calidad y almacenaje de la fruta. Para un ojo que no esté entrenado, los colores en el estudio se asemejan a los arreglos propios de un 4 de julio, de rojos, azules y blancos, pero las redes blanquecinas son en realidad de un matiz nacarado. (El banco puro refleja la luz; el nácar permite que entre más luz a la canopia).
El Dr. Lee kalcsits, fisiólogo vegetal para el “Tree Fruit Research and Extension Center” de la WSU en Wenatchee, habló recientemente con “Good Fruit Grower” sobre el proyecto, que también incluye a los investigadores de la WSU, Dr. Stefano Musacchi, Dr. Desmond Layne, Dr. Sara Serra y Tory Schmidt, científico investigador para la Comisión “Tree Fruit Research” de Washington.
El equipo de investigación presentará su primera ronda de averiguaciones en Diciembre para la reunión anual de la “Washington State Tree Fruit Association” en Yakima. Tomando como base resultados anteriores, Kalcsits confía que muchos productores comenzarán a utilizar redes. “Yo considero que esto tiene un gran potencial, al menos con sistemas de enfriamiento superior complementario para la reducción de las quemaduras”, agregó.
Sistemas de redes rojas y azules se encuentran suspendidas por encima de las manzanas Honeycrisp cerca de Quincy, Washington. (TJ Mullinax/”Good Fruit Grower)
El estudio multi-anual tiene lugar en dos ubicaciones de Washington, en Wenatchee, en un huerto de investigación de 6000 pies cuadrados donde los árboles de Honeycrisp crecen en envases de 10
galones; y distante alrededor de 30 minutos, cerca de Quincy, en un huerto de “McDougall and Sons”, utilizando 12 acres de árboles Honeycrisp, ahora en su tercer follaje.
Los sensores monitorean la temperatura, el calor, la humedad del suelo, la velocidad del viento, la intensidad de la luz y otros factores. Los árboles descubiertos sirven como control para el experimento.
Los fondos para el proyecto totalizan $410.000, representando subsidios de la “Tree Fruit Research Commission” de Washington y del “Department of Agriculture” de los EE.UU.
Los investigadores estiman que al instalar redes tales como aquellas utilizadas en las pruebas habría variación en el gasto, dependiendo en si el sistema fuera instalado al momento de la plantación o más tarde, espaciando los postes, proveedores de materiales, teniendo en cuenta las habilidades de los instaladores y otros factores.
Los investigadores de la WSU estiman gastos de $9.000 a $12.000 por acre; un contratista Sudafricano alega que ha encontrado el modo de reducir el gasto a $5000 el acre. Las redes están hechas a partir de polipropileno durable, con un polímero y estabilizador de pigmentos especializados, de modo que los colores no se desvanezcan.
Los beneficios de las redes incluyen menor quemadura de sol, se elimina el riesgo al granizo, se reducen los daños que ejercen las aves y el viento, así como otros beneficios que se pueden identificar en el proyecto. Para un cultivo de alto valor tal como el de Honeycrisp, las redes pagarían por sí mismas tan solo al ahorrar a un huerto de un episodio de daños por helada, dice Kalcsits.
Las redes rojas, azules y nacaradas, todas reducen la luz en un 22%. Pero cada una crea diferentes espectros que los investigadores se encuentran analizando. Tomando como base estudios de frutales realizados en Israel, Italia, Chile y Australia, los científicos saben que el rojo tiende a promover el color de la fruta. El azul reduce el crecimiento vegetativo. El nácar mejora la distribución de la luz. Algunos estudios también han analizado el modo en que las redes afectan a los insectos. Se necesitan futuros estudios para poder determinar con más precisión la economía de los distintos escenarios de gastos.
Kalcsits y su equipo saben que los sistemas de redes posicionan los desafíos más allá del gasto. Las redes necesitan ser retraídas y enrolladas todos los años durante el invierno para extender la vida de la tela. Una sombra excesiva puede humedecer la productividad de un árbol – aunque Kalcsits confía en que el sistema de redes es el futuro.
“Algunos de los productores con los que he hablado se encuentran satisfechos con los resultados”, dijo. “Algunos se resisten a sacar el enfriamiento superior todavía, pero están alentados por el resultado”.
Fuente: O. Casey Corr para “Good Fruit Grower”
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