Manzanas y peras: del valle al mundo. Ultima entrega
El Agrario recorrió el Alto Valle del Río Negro para conocer más de la industria frutícola característica de la zona. Además, entrevistamos a los referentes de la CAFI
En esta ocasión, entrevista al Director Ejecutivo, Lic. Marcelo Loyarte
-Desde el punto de vista comercial: ¿Cuáles son los principales inconvenientes que se tienen para exportar?
-Uno de los grandes temas que tiene la actividad a nivel comercial son los aranceles de importación que se pagan en el mundo. El hemisferio Sur abastece de frutas al hemisferio Norte y nosotros competimos con Chile, Nueva Zelanda, Sudáfrica, y en muchos casos perdemos porque esos países tienen acuerdos de libre comercio (como Chile), o acuerdos con aranceles menores a los nuestros, lo que se traduce en que muchos importadores eligen aquellos que lo obligan a pagar menos aranceles. En la agenda internacional este es el principal tema, una política de mayor apertura que nos permita negociar bajas en los aranceles de importación.
El sector ya no paga los derechos de exportación, pero hay un tema en impuestos internos que nos preocupa; los reintegros, que son devoluciones que hace el estado de impuestos internos (para no exportar impuestos). Hoy estamos en 4.75% del valor FOB que devuelve el Estado al exportador, cuando nuestros estudios indican que ese valor está cercano al 8% que debería ser la devolución.
-¿Ingresos Brutos u otros impuestos provinciales?
Tanto la provincia de Neuquén como la de Río Negro tienen bajos niveles de Ingresos Brutos, siempre fueron muy activas en promover la actividad, incluso el sector productor tiene tasas bajas de este impuesto, pero lo que si impactó mucho en la actividad es la fuerte suba de impuesto inmobiliario y de patentes de rodados que afectó fuertemente.
-Me imagino, por las distancias respecto a nuestros competidores, que los fletes a la hora de exportar deben tener un costo importante: ¿Cómo impactan en la actividad?
Los fletes representan un gran desafío. Justamente Argentina está más lejos de los mercados que Chile, Sudáfrica, Nueva Zelanda; pero además, en último año y medio por regulaciones internacionales en el transporte marítimo con la finalidad de cuidar el medio ambiente, cosa que está bien, los barcos deben transitar a menor velocidad para consumir menos combustible, contaminar menos, y eso encarece los fletes.
Eso nos impidió seguir aprovechando una ventana de mejores precios con primicia de manzana que teníamos en la costa Oeste de EEUU, como consecuencia de esta norma perdimos ese mercado con Chile. Por ejemplo, esta norma nos retrasa también unos diez días en arribar a Rotterdam, además de encarecer los fletes marítimos. La logística es un tema crítico para nosotros.
-Observo que en la zona que muchas fincas se están destinando a emprendimientos inmobiliarios, presumo que por escala, eficiencia o valor de la tierra, pequeños productores se retiran de la actividad. ¿Cómo visualiza CAFI el desenlace de esto?
El valle tuvo un cimbronazo muy fuerte hace unos ocho o diez años atrás. Recordemos que siete de cada diez pesos que recibe la fruticultura vienen por la exportación y por lo tanto el tipo de cambio real es crítico en la ecuación. En aquel momento muchos pequeños productores salieron del sistema, pero hoy hay una combinación muy interesante entre la pera y la manzana donde uno ve a productores chicos y medianos en un mix donde a la pera la comercializan con un exportador y la manzana por sí mismo o asociado con un empaque más chico para el consumo interno y esta es una ecuación que cierra. Eso se está viendo mucho hacia el Este: Villa Regina, Roca, Huergo, donde uno ve con buenas expectativas que hay un segmento de pequeños productores que le están encontrando la vuelta a esa ecuación.
Hay un dato que es clave en fruticultura para que sea rentable: una cosa es cuántos kilos se producen pero es fundamental cuánto “empacable”, de buena calidad, se puede producir. Si uno logra que el 90% de la producción sea empacable y gran parte de ello “calidad elegido” es una ecuación que cierra. El problema se da cuando se tienen bajos rendimientos y de baja calidad que no le permite tener buenos precios.
-¿Cuándo hablamos de calidad a que nos referimos?
En fruticultura hay un tema muy especial, particularmente en manzana el más color paga hasta un 30% más de precio, por supuesto que hay condiciones organolépticas básicas de la fruta pero el color es crítico en manzana.
-¿Residuos de plaguicidas?
La actividad siempre estuvo orientada a mercados muy exigentes, Europa EEUU, donde los límites de residuos siempre estuvieron monitoreados, muy controlados, con lo cual la fruticultura siempre se autorregula. Contamos con el Centro de Investigación y Asistencia Técnica a la Industria (CIATI) en Villa Regina que es una Asociación Civil, cuyo laboratorio privado es el más desarrollado de la Argentina. Allí se hacen los análisis de residuos de plaguicidas que nos permite exportar y vender en el mercado interno con partidas totalmente seguras.
Lo que es fundamental entender por los consumidores es que la fruta que va al mercado interno o exportación se cosechó del mismo árbol, después se clasifican por tamaño, color etc. pero todas son confiables porque tuvieron el mismo tratamiento.
-¿Jugos, también esta industria está radicada en la provincia?
También es importante la industria del jugo, principalmente en Villa Regina; casi todo se exporta a EEUU. Esta industria está muy influenciada por China, cuando esta tiene sobreproducción hace variar mucho el precio de la fruta que va a jugo.
Durante muchos años el Valle dependía considerablemente del precio de esa fruta, pero a medida que fue mejorando la calidad de producción su impacto fue decreciendo. Recordemos que la fruta que va a esta industria del jugo es la que no tiene el aspecto o con las condiciones organolépticas para ser consumida como fresca. La manzana producida en el valle va a jugo un 40% y se consume en fresco el 60% restante, en cambio la pera solo el 15% va a jugo, y consumo fresco el 85%. La pera tiene como principal destino la exportación y la manzana el consumo interno.
-La última pregunta, aunque debería haber sido posiblemente la primera: ¿Cómo impacta la fruticultura en la economía de la provincia de Río Negro?
Es la principal actividad económica de la provincia, la que más mano de obra genera, la que mayor cantidad de divisas aporta al Producto Bruto Geográfico; en plena temporada se da trabajo a casi 50.000 personas, mano de obra intensiva, casi una persona por hectárea.
Hay una cadena logística muy importante alrededor de la fruticultura, una industria de mucho valor agregado: se produce, cosecha, transporta, empaca, se envía principalmente a los puertos de San Antonio, Bahía Blanca y algo sale por Chile. Tenemos calculado que de 100 pesos del valor FOB 64 son de Valor Agregado en servicios y mano de obra.
Entrevistamos al ingeniero Miguel Sabbadini, gerente Técnico de la Cámara Argentina de Fruticultores Integrados para conocer más de los planteos actuales de producción y evacuar dudas como consumidores.
En el recorrido de El Agrario por el Alto Valle del Río Negro, tuvimos la oportunidad de conocer un poco más en profundidad a la industria frutícola. Visitamos a la Cámara Argentina de Fruticultores Integrados (CAFI), que nuclea a las empresas que desarrollan esta actividad. En una entrega previa, entrevistamos a su presidente, Agustín Argibay Molina, y a su director Ejecutivo, Marcelo Loyarte. Hoy compartimos nuestro diálogo con el ingeniero Miguel Sabbadini, Gerente Técnico de la CAFI, para conocer los planteos actuales de producción y evacuar dudas como consumidores.
-¿Cuáles son las variedades de manzana que se cultivan en la zona?
La producción del Valle fue tradicionalmente la manzana roja, la Red Delicious, y la manzana verde Granny Smith que se usaba como polinizadora de la roja. Cundo se aumentaron los volúmenes de exportación se sumaron otras variedades que se consumían en el Hemisferio Norte como la amarilla que hoy se ve poco. Pero estas no competían en las góndolas con la Red Delicious y la Granny Smith.
La Golden dejó de hacerse porque se machucaba fácilmente, pero hay otras variedades que se están extendiendo en la zona como las del grupo de las Galas, hay un clon que tiene la ventaja de cosecharse un mes antes, son dulces y compiten con una Delicious que tiene en ese momento diez u once meses de frío, en general son más chicas, más dulces y más pálidas, aunque ahora hay algunas de mayor color pero tienen menos aroma respecto a la Red Delicious.
Otra es la variedad Cripps Pink (conocida comercialmente como Pink Lady), empezó hace 20 años y se comercializa en el marco de un Club que exige requisitos muy específicos de calidad, en color, cero defectos y se comercializa en determinado tamaño. Es una “variedad Club” que fundamentalmente los que inventaron la marca en Europa hicieron campañas publicitarias y ahora tienen un precio bastante más alto.
-¿Qué demanda Europa hoy?
Europa dentro de las manzanas tradicionales, no las orgánicas que es otro capítulo, hoy está demandando la Pink Lady. Europa se abastece de manzanas rojas de Nueva Zelanda, Sudáfrica y también de producción propia; ellos tienen gran capacidad de guardarla por muchos meses, incluso por más de una temporada. Nosotros estamos cosechando la Pink Lady desde abril en adelante y se conserva muy bien a temperatura ambiente por varios días y en el mercado interno se consume como Cripps Pink cuando no cumple con esos requisitos.
-Hay manzanas que son crocantes y otras se presentan como arenosas ¿es la variedad o la conservación lo que determina esta característica?
Hay variedades que tienden a ponerse arenosas, la Gala no se pone arenosa, más bien se puede poner gomosa. La Red Delicious tiende a ponerse arenosa si se cosecha tarde y permanece mucho tiempo en la planta. Nosotros empezamos a cosecharla a mediados de febrero hasta el 10 o 15 de marzo. Si después de la cosecha no fue a frío rápidamente, (porque la manzana sigue respirando), la Red también tiende a hacerse arenosa.
En el Valle tenemos condiciones, cámaras de frío para llevarla a cero grados centígrados, que es la temperatura de conservación, pero en la cadena comercial se complica porque en los puestos no tienen cámaras que la mantengan a esa temperatura.
Las heladeras domésticas tienen una temperatura de 4ºC, las cámaras de las verdulerías, que tienen que conservar también otros productos, las temperaturas oscilan entre 6 y 8ºC con esa temperatura después de una semana terminamos comiendo una manzana más arenosa.
-¿Se pueden anticipar los rendimientos de una campaña por las horas de frío acumuladas en el invierno y el agua disponible por la nieve depositada?
En Julio es muy temprano para anticipar los rindes, estamos sumando horas de frío pero muchas veces la diferencia entre años se da más por manejo que por las condiciones climáticas. El agua no es limitante, toda la nieve que cae en 600 km. de cordillera, desde el Sur de Mendoza hasta el Sur de Bariloche, esa agua pasa por la puerta del Valle y tomamos toda la que necesitamos.
Estamos en el desierto pero nunca nos faltó agua. El canal que irriga el Alto Valle, que arranca sobre el Río Neuquén, tiene un caudal de unos 40 m3/segundo y eso es suficiente. Los que toman agua del río, tiene un caudal de 300 m3/segundo en el momento que menos electricidad se genera; a los que tienen bomba del río nunca les faltó agua.
-¿Cómo resultó la campaña pasada? ¿Y los rindes?
La campaña anterior tuvo mermas importantes tanto en peras como manzanas, un componente importante fue la pandemia ya que quedó mucha fruta sin cosechar para jugo porque no había personal. El productor decidió, con la poca gente que contaba, cosechar de la planta la fruta en fresco de mayor calidad y dejar la de jugo en el suelo
En el Valle tenemos una conducta que está más orientada a la planta. Cuando un año da mucho al otro año da poco y la idea es que eso no sea así. Trabajamos para que la producción sea estable para que el productor entregue a su cadena de suministros todos los años un volumen similar a través de la poda, la fertilización y todas las demás prácticas culturales.
-¿Hay tierras para seguir creciendo?
Hoy se siembran unas 35.000 hectáreas en el Alto Valle cuando se llegó a tener 50.000, pero sobre el Río Negro, en la zona de Conesa hay proyectos de irrigación de más de 30.000 hectáreas donde hay que hacer las obras, seguramente no tienen el mismo potencial frutícola de este Valle, pero se puede triplicar. El potencial para crecer es inmenso.
-Hablando de obras hidráulicas, ¿se puede mejorar? ¿El sistema que ideó Cipolletti hace más de cien años sigue vigente?
El sistema de riego se está usando a pleno. Hoy irrigamos por inundación, pero con el agua que usamos para una hectárea regada por inundación se podrían regar 15 o más hectáreas con riego mecanizado. El sistema de riego funciona, están bien mantenidos tanto los canales primarios como los secundarios y acequias con consorcios que lo mantienen bien. Pero hoy para hacer una fruticultura de precisión y tener la planta bien hidratada siempre (porque cuando uno riega por inundación hay alternancia entre anegamiento y falta de agua en algún momento) habría que tener un sistema moderno de riego mecanizado.
-¿Qué dice a los consumidores de Buenos Aires que piensan que la manzana que les llega puede tener más residuos de plaguicida que aquella que se envía a Europa?
La manzana que va a Buenos Aires proviene de la misma parcela que la manzana que va a Europa, con lo cual está tratada exactamente igual. En Europa hay algunas cadenas de supermercado que bajan los requerimientos para sus consumidores respecto a lo que dice el Codex alimentario o la normativa de la Unión Europea.
En general están uniformizados los requerimientos respecto a residuos de plaguicidas, por lo tanto no hay muchas diferencias, salvo alguna cadena, sobre todo en algunos lugares de Alemania que por presión de comunidades que piden fruta más orgánica. En sus campañas publicitarias dicen que sus requerimientos bajan los estándares europeos y aceptan solo cuatro o cinco principios activos en sus residuos; eso es técnicamente malo, porque a no poder usar diferentes productos estamos creando resistencias ya que indirectamente ese supermercado da a entender a sus clientes que tiene frutas más ecológicas en contraste con otras. En nuestra zona donde la Carpocapsa puede tener tres o hasta cuatro generaciones al año, al no poder rotar productos estaríamos generando resistencias.
-Una curiosidad, ¿por qué algunas frutas se venden con papel y otras no, es una cuestión comercial o de conservación?
Es una cuestión comercial, antes era de conservación, pero cada vez se usa menos, porque como tratamos hoy la fruta, como la enfriamos, no es necesario que tengan el papel, incluso es una práctica que complica en el empaque.
Fuente: www.elagrario.com
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