Muestras de comida saludable prepara a los compradores para adquirir más frutas y verduras
Si no confiamos demasiado en nosotros mismos a la hora de alejarnos de dulces aromas que emana la panadería del supermercado, un nuevo estudio sugiere que comiendo un snack saludable antes de realizar las compras podría ayudarnos a distraer nuestra atención de la comida chatarra y enfocarnos en el sector productivo.
En realidad, la mayoría de nosotros sabemos que la marcha hacia el supermercado comienza antes de llegar al lugar. El consejo es bien sabido: realizar las compras con el estómago vacío augura desastre para nuestra dieta. Nuestro débil cerebro no puede contra los envases brillantemente coloreados, por lo tanto se nos dice que nos aprovisionemos de antemano para minimizar el daño.
Comer saludable significa caer en un modo similar de pensamiento, dice el Dr. Aner Tal, investigador del laboratorio de Alimentos y Marcas en la Universidad de Cornell. “Descubrimos que a menudo la gente es fácilmente llevada a pensar que un alimento es más saludable por pequeñas pistas”, dijo a “Medical Daily”. Por ejemplo, la gente se inclina a pensar que un alimento es más saludable si está envuelto en envase verde o si el propio local posee una imagen saludable, aunque realmente no venda comida sana.
A la espera de saber más de estas pistas, Tal y su colega Brian Wansink, llevaron a cabo tres experimentos. El primero involucró a 120 compradores a quienes se les dio un trozo de manzana, una galletita o nada, antes de realizar sus compras. Cuando los investigadores se fijaron lo que la gente había comprado, descubrieron que aquellos que habían comido la manzana de antemano, compraron un 28% más de frutas y verduras que los que pertenecían al grupo de la galletita y un 25% más que aquellos que no habían recibido nada.
Los otros dos estudios incluyeron compras virtuales. El segundo estudio involucró a 56 personas – una vez más cada una recibió una manzana o una galletita – a las que se les solicitó elegir un artículo de 20 pares de alimentos.
Cada par contenía un ítem con altas calorías y otro con bajas calorías.
En línea con el primer experimento, aquellos a los que se les dio una manzana eligieron alimentos más saludables y sorprendentemente, aquellos que recibieron una galletita eligieron más alimentos menos saludables. Para Tal y Wansink, la enseñanza de esta experiencia fue clara: para lograr que la gente comprara de modo más inteligente, “pensar simplemente sobre comida saludable antes de ir de compras es el secreto”.
Pero los investigadores no se detuvieron aquí. El estudio de los alimentos buscó entender qué, exactamente, llevaba a la gente a comprar comida saludable. Por lo tanto armaron un experimento en el cual los compradores veían leche chocolatada etiquetada como “leche chocolatada saludable” o “leche chocolatada atractiva y rica”. Aunque ambas leches eran iguales, los compradores virtuales compraron más alimentos no saludables cuando vieron la botella etiquetada “leche chocolatada atractiva y rica”.
Este fue un hallazgo crítico. Significó que la gente en el primer experimento no estaba precisamente comprando alimentos más saludables porque la manzana era más nutritiva, sino que los compradores simplemente pensaron que era más nutritiva. Ambas leches chocolatadas eran iguales, aún así la gente creyó que estaba dentro de un pensamiento saludable, por lo tanto continuaron la tendencia sin tener en cuenta si sus presunciones iniciales eran verdaderas.
Tal dice que la clave para los compradores es entrar en ese juego mental tan rápido como fuera posible. En vez de rodar lentamente nuestro carro por los atestados pasillos del medio, realizar una línea recta por los bordes. Los supermercados están diseñados para confundir las habilidades del pensamiento racional. Cuanto menos le pidamos al cerebro será mejor.
Fuente: Chris Weller para Good Fruit Grower
Nota: Los artículos de terceros publicados no necesariamente reflejan la opinión de la Cámara, su publicación intenta reflejar la diversidad de visiones