Nadie necesita desperdicios alimentarios
La agricultura la encontramos en todo el mundo y es el fundamento de la globalización. A diario los alimentos viajan miles de kilómetros alrededor del globo, procesados a mano o de forma mecánica, envasados con mimo, limpios, enviados y finalmente expuestos ¿y entonces?. entonces aprox. un 30 % de estos productos paran a la basura.
Casi un tercio de los productos agrícolas en todo el mundo no son consumidos – esto es aprox. 1.300 millones de toneladas al año. De estas un 45 % son frutas y hortalizas y un 20% carnes.
La organización americana ecologista Natural Resources Defense Council ha calculado que cada cuarta familia en los Estados Unidos tira al año alimentos por un valor de U$S 200. Cada tercera manzana, cada tercera naranja o nuez ni siquiera llegan al plato, sino que van directamente al cubo de la basura o al vertedero.
De estos desechos, más de la mitad (54%) va a parar a la cuenta de procesos anteriores, incluida la producción agrícola y tratamiento postcosecha. El otro 46 % se pierde en el proceso, suministro y consumo.
Posibles soluciones al problema del desperdicio
productores y comerciantes pueden desarrollar estratégicas de precios, innovadores envases y trabajar junto con la cadena de suministro. En Europa estas soluciones ya se han realizado.
Algunos ejemplos: comerciantes daneses bajan los precios en forma sistemática de aquellos productos que están cerca de la fecha de caducidad o no están del todo óptimo.
Además informan sobre cómo evitar el desperdicio en la compra de un artículo. Parece seer que a veces nueve de cada diez artículos se compran el mismo día y los compradores se acostumbran a buscarlos.
Se han creado iniciativas en las que se procede a un posterior reparto de alimentos que ya no se pueden vender. Esta es una alternativa comercial. En el proyecto sueco «rescate alimentario» se hacen fiestas en las que exclusivamente se ofrecen restos de las cadenas de supermercados. Soluciones alternativas que tienen como meta hacer de los desperdicios nuevos alimentos.
Hay diferentes ideas en marcha y otras que ya han sido probadas, como por ejemplo envases más pequeños, envases que independientemente de la fecha de caducidad también informan sobre la frescura del producto, o envases que son fáciles de vaciar.
Si a los consumidores les gusta comer productos locales, frutas y hortalizas frescas de la región, entonces estos son la vía, para llegar directamente al producto y tenerlos más en cuenta a la hora de hacer la compra.
Fuente: FruitWorld N° 1/2018
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