La campaña de pera en las zonas de cultivo importantes italianas comenzó hace unas semanas con la cosecha de las primeras variedades tempranas Santa Maria y Carmen. Las primeras Abate Fetel de producción italiana llegarán dentro de poco al mercado alemán. Pero los indicios de la campaña de este año no son muy positivos, se calcula que la cosecha ha disminuido un 30% en un área superior al 50%. «Una de las razones principales es la infestación de los perales por Halyomorpha halys», nos dice el proveedor y exportador mayorista Alex Weitgruber, de la empresa Vetter Italia GmbH, de Tirol del Sur.

La plaga extrae el jugo de las hojas y los frutos, lo que provoca una extrema deformación y manchas. La agricultura italiana lleva años luchando contra este problema, cada vez peor. «Otras razones incluyen la sequía de los primeros meses de este año, las bajas temperaturas en abril y las fuertes lluvias en mayo de 2019. Esto afectó la cosecha. Por lo tanto, se espera una producción mínima de pera italiana para los próximos de diez años. Tal como están ahora las cosas, una parte sustancial de los productos no cumplirán con los estándares del comercio ni se podrá comercializar como de primera categoría», dice Weitgruber. Tampoco parecen mejor las cosas para las variedades Kaiser Alexander y Conferencia.

La escasez de productos ya se nota
Nos dicen que las consecuencias del cambio climático ahora se notan al comienzo de la cosecha principal. «Con Abate Fetel, ya hay un retraso en la cosecha de 2 a 3 semanas; es decir, a algunos clientes les gustaría comenzar a vender Abate italiana, pero aún no se puede cosechar la pera debido al grado de madurez. Seguro que habrá escasez más adelante en la temporada».

A pesar de la difícil posición inicial al comienzo de la temporada de este año, según Weitgruber, Italia sigue siendo el líder del mercado europeo de peras. «Ahora, para Santa Maria, dependemos en gran medida de los precios del sector español, que ha compensado en los últimos años. Pero con Abate Fetel seguimos estando claramente a la cabeza. Tampoco creo que la situación vaya a cambiar en los próximos años», concluye.